The Cookie Fairy (![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
alcesverdes) wrote2009-06-24 01:00 am
alcesverdes) wrote2009-06-24 01:00 am
Entry tags:
[Apollo Justice: Ace Attorney] Decidir lo que hay que decidir 3/?
Título: Decidir lo que hay que decidir
Fandom: Apollo Justice: Ace Attorney
Personajes/Parejas:
Rating: PG-13
Palabras: 2128 (5823 en total)
Resumen: La primera semana de Apollo en la universidad se complica demasiado. Hecho de sangre incluído. AU.
Spoilers: Aplica lo del capítulo anterior.
Notas de autor: Culpo a Di por esto que, sí, es un College AU. o/
Este capítulo le debe demasiado a esta thread en el post en que comencé a planear todo esto. Mucho amor a Arcadia y a Kirisame y sus maravillosos Ema y Klavier respectivamente. ♥
Capítulo 1
Capítulo 2
El papá de Trucy, el señor Wright --Phoenix Wright, según había aclarado Trucy, convirtiéndolo en el conserje con el nombre más colorido que Apollo había conocido-- estaba sentado (¿de nuevo? ¿todavía?) en el mismo rincón de las gradas superiores del estadio en que lo dejaron, tomando un líquido sospechosamente púrpura de una botella de vidrio. Apollo no quiso comentar nada frente a Trucy, y no estaba seguro de si lo comentaría con alguien alguna vez, por el bien de la niña. Aunque sí tomó nota de hablarlo con el mismo señor Wright en cuanto pudiera.
-¿Gustan jugo de uva, muchachos?-fue lo primero que les dijo cuando estuvieron a suficiente distancia para escucharlo sin que gritara.
Jugo de uva. Claro.
Sin embargo, por más que se acercaron, Apollo no detectó nunca olor a alcohol. De ninguna de la docena de botellas a los pies del señor Wright.
Suspiró internamente y se prometió ser más cuidadoso al juzgar a la gente y no volver a brincar a conclusiones así.
Pero lo que más lo tranqulizaba era no haber dicho nada en voz alta.
-No, gracias, papi -dijo Trucy.
-¿Tú, Apollo? ¿Quieres un poco?
-No, señor, gracias.
Apollo no sintió la necesidad de preguntar cómo sabía el señor Wright su nombre: Trucy debió habérselo dicho, sencillamente.
-Quiero agradecerte por haber cuidado tan bien de mi hija anoche -dijo el señor Wright- Creo que fuiste muy valiente.
Apollo se llevó la mano a la cabeza.
-¡Ah! No fue na... ¡Auch!
-Ten cuidado con ese chichón.
-Papi, Polly yo queremos averiguar por qué la profesora Stafford actuó como lo hizo. Ambos pensamos que es demasiado extraño como para dejarlo así como está, y que nosotros podemos recabar más información en el campus que los policías o los detectives.
Apollo giró la cabeza lentamente hacia Trucy. La niña había usado ese apodo frente a otra persona. Apollo abrió la boca para protestar cuando se dio cuenta de que lo más probable era que ya se lo hubiera dicho antes, cuando conversaron lo sucedido la noche anterior, así que más bien había sido afortunado porque el señor Wright se dirigió a él por su nombre completo.
Mientras tanto, el señor Wright se mesaba la barbilla.
-¿Quieren investigar? Bueno, por lo que sé, se necesitan muchas más manos y más cabezas para llegar al fondo del asunto; el cuerpo administrativo de la universidad está vuelto loco buscando reemplazos adecuados para Sociología jurídica y Ética jurídica, aunque jamás lo admitirán, así que tendrán que tener cuidado de que no se enteren o intentarán detenerlos.
Apollo asintió a pesar de que no entendía muy bien el porqué de la dificultad encontrar profesores sustitutos para ambas materias, aunque para Sociología jurídica más bien sería un puesto permanente; sin duda Kristoph estaría de vuelta dando su excelente clase de Ética tan pronto como se recuperara de sus heridas.
Por lo demás, la última parte de lo dicho por el señor Wright lo puso a pensar: ¿de verdad valdría la pena arriesgarse a meterse en problemas con los administrativos de la universidad? ¿Qué tanto peso tendría el que su expediente estuviera marcado con una falta administrativa por haberse entrometido en donde no lo llamaban?
-¡Tú deberías dar esas clases, papi!-dijo Trucy sacando de nueva cuenta a Apollo de su tren de pensamiento.
El señor Wright rió.
-Oh, ¿te parece?
No hay manera de decir lo interesantes que de pronto le pareció a Apollo el suelo de las gradas, aunque fue un grave error haber volteado a verlas porque entonces se dio cuenta de que el señor Wright llevaba sandalias por calzado, ante cuya visión Apollo no pudo evitar escandalizarse y preguntarse cuántas veces se habría encajado algún trozo de vidrio mientras barría después de los partidos de fútbol.
-En realidad, tengo otras ocupaciones, Trucy-dijo el señor Wright.
Como sacudir escritorios, le pasó por la mente a Apollo.
-Y tampoco puedo postularme para el otro puesto que dejó Stafford -continuó el señor Wright.
-¿La dirección de la facultad de estudios jurídicos?-preguntó Apollo.
-Exacto, veo que estás bien enterado.
-Y, bueno...
-Los administrativos también están desesperados por encontrar a alguien para ese cargo, que es de muchísima responsabilidad. Casualmente, Gavin era de quien se solía hablar cuando salía el tema de un posible sucesor.
Siguió un momento de silencio mientras Apollo y Trucy asimilaban la nueva información y el señor Wright acababa la botella que tenía en la mano.
La situación acaba de complicarse aún más con la nueva hipótesis que surgía en la mente de Apollo: si al final esto acababa siendo una conspiración, quien estuviera detrás de todo esto había eliminado de un golpe a dos posibles rivales para un puesto importante. Quizá valía la pena meterse en el lío, se lo debía a su mentor.
-Si de verdad van a hacer esto, tienen que comprometerse a no echarse para atrás y avanzar tanto como les sea posible mientras les sea posible -dijo el señor Wright al cabo de un rato.
-¡Eso tenlo por seguro!-exclamó Trucy.
-Ah. Sí. Haremos todo lo que podamos -dijo Apollo mientras consideraba si sería prudente sugerir que contactaran al decano para pedir permisos y tener carta abierta para actuar y hablar con todos los administrativos; había escuchado comentar en una clase el primer día que el hombre era más bien liberal y no demasiado ortodoxo. Pero no lo dijo. Quizá no estaría mal descubrir algo sólido que pudieran utilizar como evidencia para presentarle, porque lo único que podían presentar era una corazonada y, por más liberal que fuera el decano, de cualquier forma era un abogado con mucha experiencia.
-Todo -dijo el señor Wright asintiendo-, bien. Escuchen, comiencen hablando con Ema Skye de la división de química; ella formaba parte de un equipo extra-curricular de peritaje forense liderado por la profesora Stafford. A esta hora del día pueden encontrarla en el edificio F en el club de ciencias. Díganle que los envié yo y les guardará el secreto.
Apollo asintió, sintiéndose un tanto orgulloso de que una de las pocas cosas que sabía sobre el campus era que el edificio F era donde se encontraban la mayoría de los clubs de alumnos y otros eventos extra-curriculares como aquel club de peritaje.
Y es que, bueno, se hacía difícil explorar el campus cuando tantas otras cosas tan urgentes tendían a salirte al paso de todas esas maneras tan abruptas. Es decir, a esas alturas, Apollo ni siquiera conocía a fondo la biblioteca, pero ya le pondría remedio, una vez que resolvieran este asunto y pudiera volver a tener paz mental y dedicarse a sus estudios.
°
-Me pregunto cómo será la señorita Ema -preguntó Trucy un poco al aire mientras ella y Apollo entraban al edificio F.
-Lo averiguaremos pronto -dijo Apollo mientras se acercaban al escritorio de recepción para preguntar dónde estaba exactamente el club de ciencias. También tomó nota mental de regresar tan pronto como fuera posible para buscar algún club o actividad que fuera compatible con sus intereses --y, de preferencia, que le ayudara a recuperar todo el tiempo perdido.
El encargado de recepción --un alumno de grado superior que servía ahí como voluntario dos días a la semana-- les informó que el club de ciencias estaba en el tercer piso, segunda puerta a la izquierda. Además, parecía conocer muy bien a Trucy, así que después de intercambiar saludos, los dejó entrar sin necesidad de que registraran su ingreso.
-Es una clara y posiblemente peligrosa violación a las normas -masculló Apollo mientras subían la escalera.
-Pero útil, así no sabrán que hemos venido y será más difícil que conecten los puntos si se enteran que andamos de aquí para allá.
Apollo pensó que él tenía excusa para andar de aquí para allá toda esa semana: quería conocer el campus en su totalidad, y este era bastante grande. Trucy también tenía una: era una niña y la hija del conserje, así que podría decir que estaba jugando por aquí y por allá; nadie tendría por qué regañarla siempre y cuando no interrumpiera ninguna clase. Sin embargo, para lo que no había excusa era para que anduvieran juntos todo el tiempo. Muy probablemente sería buena idea que en algún momento se sentaran a hablar al respecto y ponerse de acuerdo. Se lo propondría a la hora de comer.
Llegados al segundo piso, no tardaron en notar una tremenda y muy ruidosa pieza de música rock. A Apollo en lo personal le desagradaba bastante ese estilo de música, así que casi de inmediato llevó su mano a apretar el puente de su nariz. Giró la cabeza para comentarle algo al respecto a Trucy y se dio cuenta de que ella se estaba moviendo al ritmo. Desde luego, pensó, y se apretó el puente de la nariz un poco más fuerte.
La segunda puerta a la derecha, de donde provenía la música, estaba abierta, dejando asomar a un impertinente joven un poco mayor que Apollo, de cabello rubio y peinado elaborado que llevaba lentes oscuros a pesar de estar en interiores y ropa muy estrafalaria --y de evidente buena calidad, para añadir insulto a la herida. Este tipo hablaba con --o, mejor dicho, recibía improperios de parte de-- una jovencita de cabello largo y castaño que llevaba una bata blanca encima de ropa cómoda e informal, obviamente molesta por todo aquel ruido.
-Es normal que escuchemos Led Zeppelin, Fräulein Skye -decía el tipo rubio-, somos el club de rock.
-Nosotros somos un club de ciencias y necesitamos silencio para concentrarnos, ¿podrías bajarle de una buena vez?
El tipo rubio levantó la mano, donde tenía un control remoto, y presionó un botón. El volumen de la música, contrario a lo esperado, subió considerablemente.
-Achtung! ¡No puedo oírla, Fräulen Skye!
-¡Eres un...!
El tipo regresó el volumen de la música a como estaba.
-Todo se vale en el amor y en la guerra. En corte no, sin embargo -dijo-. Oh, y esto era guerra.
-Esa era una aclaración innecesaria -dijo la chica, los brazos en la cintura y un mohín en el rostro.
-¿Lo de la corte o lo de la guerra?
-Ambos, pero énfasis en lo último.
-Obviamente. ¿Quién trataría de ligarse a una chica que huele a azufre y chocolate?
-Cuando viene de alguien más lindo que la mayoría de las chicas con las que se entretiene pierde su efecto, Gavin.
-Ja-ja-ja. Sólo está envidiosa porque viene más gente a los eventos de mi club que a los del club de ciencia.
-Si por 'gente' te refieres a la tropa de mocosas chillonas que llegan a lamerte las botas no, no realmente.
-Eso no cambia el hecho que recolectamos más dinero para el presupuesto del club. Con todos esos químicos caros y esas máquinas de medición, deben estar ustedes bastante justos, nein?
-Eso realmente no es de tu incumbencia, Gavin. Y sea como sea, nos las arreglamos lo suficientemente bien como para no escatimar en tus ocasionales regalos.
El tipo, a quien la chica había llamado por el mismo apellido que llevaba el mentor de Apollo, quien de inmediato comenzó a notar que había una increíble similitud física entre ellos, levantó una ceja.
-¿Regalos?
Sin mas, la chica castaña metió la mano a uno de los bolsillos de su bata y lanzó algo por entre las piernas del joven Gavin.
Pronto descubrieron que era una bomba de humo.
La chica salió corriendo hacia arriba por las escaleras, dejando a ese Gavin desconcertado y tosiendo, y a Apollo igualmente desconcertado, preguntándose si debía subir tras la chica al club de ciencias o quedarse ahí y tratar de hablar con él primero.
Era momento de tomar una decisión.
Siguiente capítulo
Fandom: Apollo Justice: Ace Attorney
Personajes/Parejas:
Rating: PG-13
Palabras: 2128 (5823 en total)
Resumen: La primera semana de Apollo en la universidad se complica demasiado. Hecho de sangre incluído. AU.
Spoilers: Aplica lo del capítulo anterior.
Notas de autor: Culpo a Di por esto que, sí, es un College AU. o/
Este capítulo le debe demasiado a esta thread en el post en que comencé a planear todo esto. Mucho amor a Arcadia y a Kirisame y sus maravillosos Ema y Klavier respectivamente. ♥
Capítulo 1
Capítulo 2
El papá de Trucy, el señor Wright --Phoenix Wright, según había aclarado Trucy, convirtiéndolo en el conserje con el nombre más colorido que Apollo había conocido-- estaba sentado (¿de nuevo? ¿todavía?) en el mismo rincón de las gradas superiores del estadio en que lo dejaron, tomando un líquido sospechosamente púrpura de una botella de vidrio. Apollo no quiso comentar nada frente a Trucy, y no estaba seguro de si lo comentaría con alguien alguna vez, por el bien de la niña. Aunque sí tomó nota de hablarlo con el mismo señor Wright en cuanto pudiera.
-¿Gustan jugo de uva, muchachos?-fue lo primero que les dijo cuando estuvieron a suficiente distancia para escucharlo sin que gritara.
Jugo de uva. Claro.
Sin embargo, por más que se acercaron, Apollo no detectó nunca olor a alcohol. De ninguna de la docena de botellas a los pies del señor Wright.
Suspiró internamente y se prometió ser más cuidadoso al juzgar a la gente y no volver a brincar a conclusiones así.
Pero lo que más lo tranqulizaba era no haber dicho nada en voz alta.
-No, gracias, papi -dijo Trucy.
-¿Tú, Apollo? ¿Quieres un poco?
-No, señor, gracias.
Apollo no sintió la necesidad de preguntar cómo sabía el señor Wright su nombre: Trucy debió habérselo dicho, sencillamente.
-Quiero agradecerte por haber cuidado tan bien de mi hija anoche -dijo el señor Wright- Creo que fuiste muy valiente.
Apollo se llevó la mano a la cabeza.
-¡Ah! No fue na... ¡Auch!
-Ten cuidado con ese chichón.
-Papi, Polly yo queremos averiguar por qué la profesora Stafford actuó como lo hizo. Ambos pensamos que es demasiado extraño como para dejarlo así como está, y que nosotros podemos recabar más información en el campus que los policías o los detectives.
Apollo giró la cabeza lentamente hacia Trucy. La niña había usado ese apodo frente a otra persona. Apollo abrió la boca para protestar cuando se dio cuenta de que lo más probable era que ya se lo hubiera dicho antes, cuando conversaron lo sucedido la noche anterior, así que más bien había sido afortunado porque el señor Wright se dirigió a él por su nombre completo.
Mientras tanto, el señor Wright se mesaba la barbilla.
-¿Quieren investigar? Bueno, por lo que sé, se necesitan muchas más manos y más cabezas para llegar al fondo del asunto; el cuerpo administrativo de la universidad está vuelto loco buscando reemplazos adecuados para Sociología jurídica y Ética jurídica, aunque jamás lo admitirán, así que tendrán que tener cuidado de que no se enteren o intentarán detenerlos.
Apollo asintió a pesar de que no entendía muy bien el porqué de la dificultad encontrar profesores sustitutos para ambas materias, aunque para Sociología jurídica más bien sería un puesto permanente; sin duda Kristoph estaría de vuelta dando su excelente clase de Ética tan pronto como se recuperara de sus heridas.
Por lo demás, la última parte de lo dicho por el señor Wright lo puso a pensar: ¿de verdad valdría la pena arriesgarse a meterse en problemas con los administrativos de la universidad? ¿Qué tanto peso tendría el que su expediente estuviera marcado con una falta administrativa por haberse entrometido en donde no lo llamaban?
-¡Tú deberías dar esas clases, papi!-dijo Trucy sacando de nueva cuenta a Apollo de su tren de pensamiento.
El señor Wright rió.
-Oh, ¿te parece?
No hay manera de decir lo interesantes que de pronto le pareció a Apollo el suelo de las gradas, aunque fue un grave error haber volteado a verlas porque entonces se dio cuenta de que el señor Wright llevaba sandalias por calzado, ante cuya visión Apollo no pudo evitar escandalizarse y preguntarse cuántas veces se habría encajado algún trozo de vidrio mientras barría después de los partidos de fútbol.
-En realidad, tengo otras ocupaciones, Trucy-dijo el señor Wright.
Como sacudir escritorios, le pasó por la mente a Apollo.
-Y tampoco puedo postularme para el otro puesto que dejó Stafford -continuó el señor Wright.
-¿La dirección de la facultad de estudios jurídicos?-preguntó Apollo.
-Exacto, veo que estás bien enterado.
-Y, bueno...
-Los administrativos también están desesperados por encontrar a alguien para ese cargo, que es de muchísima responsabilidad. Casualmente, Gavin era de quien se solía hablar cuando salía el tema de un posible sucesor.
Siguió un momento de silencio mientras Apollo y Trucy asimilaban la nueva información y el señor Wright acababa la botella que tenía en la mano.
La situación acaba de complicarse aún más con la nueva hipótesis que surgía en la mente de Apollo: si al final esto acababa siendo una conspiración, quien estuviera detrás de todo esto había eliminado de un golpe a dos posibles rivales para un puesto importante. Quizá valía la pena meterse en el lío, se lo debía a su mentor.
-Si de verdad van a hacer esto, tienen que comprometerse a no echarse para atrás y avanzar tanto como les sea posible mientras les sea posible -dijo el señor Wright al cabo de un rato.
-¡Eso tenlo por seguro!-exclamó Trucy.
-Ah. Sí. Haremos todo lo que podamos -dijo Apollo mientras consideraba si sería prudente sugerir que contactaran al decano para pedir permisos y tener carta abierta para actuar y hablar con todos los administrativos; había escuchado comentar en una clase el primer día que el hombre era más bien liberal y no demasiado ortodoxo. Pero no lo dijo. Quizá no estaría mal descubrir algo sólido que pudieran utilizar como evidencia para presentarle, porque lo único que podían presentar era una corazonada y, por más liberal que fuera el decano, de cualquier forma era un abogado con mucha experiencia.
-Todo -dijo el señor Wright asintiendo-, bien. Escuchen, comiencen hablando con Ema Skye de la división de química; ella formaba parte de un equipo extra-curricular de peritaje forense liderado por la profesora Stafford. A esta hora del día pueden encontrarla en el edificio F en el club de ciencias. Díganle que los envié yo y les guardará el secreto.
Apollo asintió, sintiéndose un tanto orgulloso de que una de las pocas cosas que sabía sobre el campus era que el edificio F era donde se encontraban la mayoría de los clubs de alumnos y otros eventos extra-curriculares como aquel club de peritaje.
Y es que, bueno, se hacía difícil explorar el campus cuando tantas otras cosas tan urgentes tendían a salirte al paso de todas esas maneras tan abruptas. Es decir, a esas alturas, Apollo ni siquiera conocía a fondo la biblioteca, pero ya le pondría remedio, una vez que resolvieran este asunto y pudiera volver a tener paz mental y dedicarse a sus estudios.
°
-Me pregunto cómo será la señorita Ema -preguntó Trucy un poco al aire mientras ella y Apollo entraban al edificio F.
-Lo averiguaremos pronto -dijo Apollo mientras se acercaban al escritorio de recepción para preguntar dónde estaba exactamente el club de ciencias. También tomó nota mental de regresar tan pronto como fuera posible para buscar algún club o actividad que fuera compatible con sus intereses --y, de preferencia, que le ayudara a recuperar todo el tiempo perdido.
El encargado de recepción --un alumno de grado superior que servía ahí como voluntario dos días a la semana-- les informó que el club de ciencias estaba en el tercer piso, segunda puerta a la izquierda. Además, parecía conocer muy bien a Trucy, así que después de intercambiar saludos, los dejó entrar sin necesidad de que registraran su ingreso.
-Es una clara y posiblemente peligrosa violación a las normas -masculló Apollo mientras subían la escalera.
-Pero útil, así no sabrán que hemos venido y será más difícil que conecten los puntos si se enteran que andamos de aquí para allá.
Apollo pensó que él tenía excusa para andar de aquí para allá toda esa semana: quería conocer el campus en su totalidad, y este era bastante grande. Trucy también tenía una: era una niña y la hija del conserje, así que podría decir que estaba jugando por aquí y por allá; nadie tendría por qué regañarla siempre y cuando no interrumpiera ninguna clase. Sin embargo, para lo que no había excusa era para que anduvieran juntos todo el tiempo. Muy probablemente sería buena idea que en algún momento se sentaran a hablar al respecto y ponerse de acuerdo. Se lo propondría a la hora de comer.
Llegados al segundo piso, no tardaron en notar una tremenda y muy ruidosa pieza de música rock. A Apollo en lo personal le desagradaba bastante ese estilo de música, así que casi de inmediato llevó su mano a apretar el puente de su nariz. Giró la cabeza para comentarle algo al respecto a Trucy y se dio cuenta de que ella se estaba moviendo al ritmo. Desde luego, pensó, y se apretó el puente de la nariz un poco más fuerte.
La segunda puerta a la derecha, de donde provenía la música, estaba abierta, dejando asomar a un impertinente joven un poco mayor que Apollo, de cabello rubio y peinado elaborado que llevaba lentes oscuros a pesar de estar en interiores y ropa muy estrafalaria --y de evidente buena calidad, para añadir insulto a la herida. Este tipo hablaba con --o, mejor dicho, recibía improperios de parte de-- una jovencita de cabello largo y castaño que llevaba una bata blanca encima de ropa cómoda e informal, obviamente molesta por todo aquel ruido.
-Es normal que escuchemos Led Zeppelin, Fräulein Skye -decía el tipo rubio-, somos el club de rock.
-Nosotros somos un club de ciencias y necesitamos silencio para concentrarnos, ¿podrías bajarle de una buena vez?
El tipo rubio levantó la mano, donde tenía un control remoto, y presionó un botón. El volumen de la música, contrario a lo esperado, subió considerablemente.
-Achtung! ¡No puedo oírla, Fräulen Skye!
-¡Eres un...!
El tipo regresó el volumen de la música a como estaba.
-Todo se vale en el amor y en la guerra. En corte no, sin embargo -dijo-. Oh, y esto era guerra.
-Esa era una aclaración innecesaria -dijo la chica, los brazos en la cintura y un mohín en el rostro.
-¿Lo de la corte o lo de la guerra?
-Ambos, pero énfasis en lo último.
-Obviamente. ¿Quién trataría de ligarse a una chica que huele a azufre y chocolate?
-Cuando viene de alguien más lindo que la mayoría de las chicas con las que se entretiene pierde su efecto, Gavin.
-Ja-ja-ja. Sólo está envidiosa porque viene más gente a los eventos de mi club que a los del club de ciencia.
-Si por 'gente' te refieres a la tropa de mocosas chillonas que llegan a lamerte las botas no, no realmente.
-Eso no cambia el hecho que recolectamos más dinero para el presupuesto del club. Con todos esos químicos caros y esas máquinas de medición, deben estar ustedes bastante justos, nein?
-Eso realmente no es de tu incumbencia, Gavin. Y sea como sea, nos las arreglamos lo suficientemente bien como para no escatimar en tus ocasionales regalos.
El tipo, a quien la chica había llamado por el mismo apellido que llevaba el mentor de Apollo, quien de inmediato comenzó a notar que había una increíble similitud física entre ellos, levantó una ceja.
-¿Regalos?
Sin mas, la chica castaña metió la mano a uno de los bolsillos de su bata y lanzó algo por entre las piernas del joven Gavin.
Pronto descubrieron que era una bomba de humo.
La chica salió corriendo hacia arriba por las escaleras, dejando a ese Gavin desconcertado y tosiendo, y a Apollo igualmente desconcertado, preguntándose si debía subir tras la chica al club de ciencias o quedarse ahí y tratar de hablar con él primero.
Era momento de tomar una decisión.
Siguiente capítulo