alcesverdes: Soapbox (Default)
The Cookie Fairy ([personal profile] alcesverdes) wrote2012-03-05 12:46 pm

[Fusión] The Dresden Files / Fullmetal Alchemist

G-Rated
Sin spoilers
~1250 palabras

Quizá no fuera la mejor de las ideas, pero después de tres días de despensa vacía y nada de trabajo, el hambre mordió más fuerte que el orgullo, la necesidad se volvió más poderosa que los principios, y Harry Dresden por fin accedió a tomar los exámenes para Alquimista Nacional. Conocía a varios que lo habían aprobado, y estaba seguro de que su nivel era superior tanto en teoría como en práctica al de todos ellos. Tan superior que toda modestia salía sobrando.

-Puedo hacer esto -murmuró mientras seguía el pequeño mapa que lo llevaría al salón donde se aplicaban los exámenes.

En algún punto del camino, le llegó el olor de comida recién preparada. Como de todas formas había llegado muy temprano, pensó que no haría ningún daño desviarse un poco. Llegar a la cocina del cuartel fue la parte fácil. Lo moderadamente complicado fue conseguir la comida. Por fortuna, el cocinero tenía un corazón blando y le ofreció un tazón de sopa en cuanto le vio la cara. A cambio de reparar una cierta cantidad de platos. A Harry le pareció justo, así que aceptó.

La parte difícil fue volver a encontrar el camino a la sala de los exámenes. Su mapa era sólo un fragmento que iba desde la entrada del cuartel hasta alllá. No contemplaba una desviación tan grande como la que él había tomado. El cocinero había salido a supervisar unas compras, así que no podía preguntarle, y no se veía nadie más.

-¿Cómo me meto en estos líos?-gruñó para sí mientras recorría lo que esperaba fuera el camino de vuelta, molesto consigo mismo por haber puesto más atención a su nariz que a sus ojos en primer lugar. Que los pasillos y corredores fueran todos iguales tampoco ayudaba. Después de un largo rato, encontró por fin la que parecía ser la puerta por la que volvería al camino del mapa. La abrió.

No tardó en arrepentirse.



-Podemos hacer esto de la forma fácil o de la forma difícil, Dresden -dijo la teniente Murphy de la policía militar de Amestris, la mano en su revolver, que aun no había sacado de la funda.

-La forma fácil incluye que me escuches -respondió Harry desde detrás de la barda donde se había refugiado.

-Yo no soy el juez.

Harry se mordió la lengua para evitar responder: "no, sólo eres un peón." Alguien debería darle una galleta.

-Eres un agente de la policía militar -dijo-. Como tal, tu deber es llevarme ante las autoridades competentes, pero... -tomó aire-. Antes de seguir con esto, tengo que preguntarte: ¿cuál es tu prioridad? ¿La gente del pueblo o el gobierno?

-El gobierno protege al pueblo -respondió Murphy de inmediato.

Harry ahogó una risa amarga.

-No, no lo hace. Quiere destruirlo. Quiere destruirnos a todos.

-Mira, Dresden -respondió Murphy después de una larga pausa-, eso es lo que has estado repitiendo desde...

-Responde. Si tuvieras que elegir, ¿el pueblo o el gobierno?

-El pueblo -dijo Murphy después de una pausa mucho, mucho más corta.

Harry se relajó sólo un poco.

-Entonces puedo mostrarte. Tengo... Sé donde está la evidencia -se corrigió-. Sólo necesito que confíes en mí por unas cuantas horas.

Murphy guardó silencio un rato muy largo, durante el que Harry buscó otras opciones para escapar de ahí en caso de que la respuesta fuera desfavorable. Tenía que salvar a la población entera de Amestris de una catástrofe por venir. Si podía conseguir al menos un aliado, excelente. De lo contrario... bueno, no estaría peor que ahora. Suponiendo que lograra darle el esquinazo a la teniente.

-De acuerdo, Dresden -dijo Murphy tras un suspiro exasperado-. Te daré una oportunidad. Más te vale que la aproveches y me convenzas. Aunque espero que no sea verdad -añadió en voz baja.

Harry se pasó la mano por el cabello (sólo por alivio, no porque le interesara arreglarse ni nada) y salió de detrás de la pared, con las manos en alto y mostrando las palmas, tratando de parecer lo más inocuo posible. Lo cual se dificultaba con la diferencia de alturas entre ambos y su propia cara cansada y ojerosa y sin afeitar.

Poco después, la teniente Murphy llevaba a Harry esposado al interior del cuartel donde había comenzado todo. Bajo este disfraz, el alquimista la guió hasta la puerta que había descubierto aquella vez---después de varios giros falsos que probaron la paciencia de Murphy. Y cuando abrieron esa puerta... no había nada.

-Dresden -comenzó Murphy frotándose la cara con una mano.

-Lo sé, lo sé. Es obvio que iban a limpiar el lugar.

La teniente sacó de nuevo las esposas.

-Ahora dame una buena razón por la que no debería ponerte estas de verdad.

-Trabajo en eso.

Harry fue hacia la pared más alejada de la puerta y trazó un círculo alquímico con tiza que sacó del bolsillo de su abrigo. Un instante después, el panel había desaparecido dejando al descubierto un pasillo oculto. Escaleras que descendían por quién sabía cuanto. Aliviado por haber estado en lo correcto a la primera, Harry señaló al interior.

-Por aquí.

Al final del pasillo, en un enorme y muy bien equipado laboratorio de alquimia, los estaban esperando. Unos individuos que no parecían nada de fiar los saludaron y, con todo el cinismo del mundo, los felicitaron por haber llegado tan lejos. También declararon ser ellos el verdadero poder en el país. Mientras hablaban, se refirieron a Harry como un sacrificio potencial y le ofrecieron una serie de maravillosos beneficios si mantenía la boca cerrada y se unía a ellos.

-¿Tú qué crees, cabeza de palmera lejos de su hábitat?

-La forma difícil será. Teniente, arréstelo.

Murphy de inmediato sacó la pistola de su funda.

-Dresden...

Harry retrocedió un paso.

-Murphy, no tienes que...

-¡Corre!-exclamó la teniente mientras disparaba a varios de los frascos sobre las mesas al azar.

-¡Mejor mala idea en la historia, Murph!-respondió Harry mientras seguía el consejo y subía las escaleras. Aunque no sin antes de dejar un pequeño regalito. Sacó su vara, tallada con símbolos alquímicos, la que originalmente iba a utilizar en su examen para Alquimista Nacional, y la usó para prenderle fuego a los gases tóxicos liberados por la teniente. Fue un espectáculo muy bonito, lástima que no pudo quedarse a contemplarlo so pena de horrible muerte inmediata.

-¿No fue eso exagerar?-preguntó Murphy mientras usaba lo último que le quedaba de influencia en el ejército para sacarlos a ambos de ahí antes de que llegara la orden de arrestarlos.

Harry negó con la cabeza.

-Dale un mes y vas a estar gritándoles por qué no se mueren. Averigüé sobre ellos. Son homúnculos.

-¿Qué cosa?

Harry procedió explicarle sobre los homúnculos y su naturaleza de una manera que pensó era lo suficientemente detallada para un lego, pero Murphy terminó girando los ojos.

-Alquimistas -murmuró-. Suena increíble.

-No debería ser posible, en teoría. Bueno, en la teoría sí es posible, pero en términos prácticos...

-Sí, lo entendí. Ahora tenemos que detenerlos -negó con la cabeza y volvió a suspirar-. Esto es... demasiado. Simplemente demasiado.

Harry sonrió mientras daban la vuelta por la esquina del cuartel rumbo a las calles más oscuras de Ciudad Central.

-Por mi parte, me siento un poco mejor ahora.

Murphy levantó una ceja.

-¿En serio?

-En serio. Ahora ya no estoy solo en esto.

Murphy sonrió levemente también y le dio un golpe en el brazo.

-No, no lo estás.

Harry rió entre dientes y levantó la barbilla. Ahora veía un poco más clara la luz al final del tunel.


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