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[Crossover] Hellsing / La familia Addams
Fandom: Hellsing / La familia Addams
Personajes/Parejas: Integral, Alucard, Morticia, Homero
Rating: PG
Palabras: 740
Resumen: Secuela de esto. Los Addams organizan un picnic e invitan a los Hellsing.
Spoilers: Nada
Notas de autor: Escrito para el prompt 19 de la tabla de frases del reto de mundo_caotico.
Sigue siendo culpa de Di. o7
"¿Qué puede temer el que no teme a la muerte?"
Friedrich Schiller, Los bandidos.
Integral no tenía idea de cuándo aquella se había vuelto una visita extendida, pero como no llegaba ningún reporte urgiéndola a ello, su vuelta a Inglaterra se había ido aplazando y aplazando.
La vida con los Addams distaba mucho de ser mala. Integral pasaba los días fumando con Homero, hablando sobre trampas para ghouls con Morticia (ella las prefería más humanitarias que Integral), de venenos con la abuela, y esquivando a la maravilla que era el tío Lucas.
Al anochecer, la familia se reunía para ver a Alucard salir de la tumba en el patio trasero que tan generosamente le habían concedido para dormir. El vampiro se levantaba en medio de niebla, murciélagos, sabueso infernales y otras delicias de la noche. Los niños aplaudían con entusiasmo cada vez. Bendita su inocencia. Por su parte, Walter se había acoplado a la perfección para trabajar con Largo, el mayordomo con cara de muerto fresco.
Lo único que llegaba a perturbar un poco a Integral era esa mano sentiente que hacía los recados. No que fuera a admitirlo.
Una tarde, después de la comidasiempre deliciosa, aunque Integral se rehusaba a preguntar sobre los ingredientes, la comitiva Hellsing fue invitada a un picnic familiar que incluía a, de acuerdo a los anfitriones, unos pocos parientes en segundo y tercer grado.
-También estarán felices de conocerlos a ustedes -auguró Homero, el eterno optimista.
-Lo organizamos en la noche -añadió Morticia, la siempre práctica-. No supuso ningún problema. Muchos lo preferiría así, incluso.
Integral se mordió las ganas de decirles que podrían darle un parasol a Alucard y sería suficiente, pero se habían tomado ya demasiadas molestias y no pudo hacerlo. Sacó el puro de su boca, exhaló una bocanada de humo y aceptó graciosamente la invitación.
El picnic no sólo se llevó a cabo de noche, sino en un cementerio a las afueras del pueblo. Y más que picnic, aquello era un festival. Había un conjunto musical, linternas de colores por todos lados, largas mesas llenas de comida que Walter había ayudado a preparar y ahora a servir, y desde luego, una centena de familiares de todo tipo. Literalmente.
-¿De verdad estoy emparentada con todos estos...?
-¿Fenómenos? ¿Engendros de la naturaleza? -ofreció Alucard detrás de ella.
Integral le lanzó humo a la cara. Ni siquiera se inmutó, el maldito.
-En un grado distante -continuó él-. Si acaso. Muchos son familia política.
-¿Ahora eres un experto?
-Los niños me mostraron álbumes de fotografías. Memoricé rostros y nombres sólo para usted, amo.
-Un encanto -otra bocanada de humo-. ¿Por qué no vas a jugar? Seguramente encontrarás a más de alguno con tus inclinaciones, sirviente.
Alucard tocó el ala de su sombrero.
-¿Y tú encontrarás a alguien con tus inclinaciones, Integral?
Tan triste que semejante insolencia fuera pan de todos los días.
-Dudo que nadie se altere demasiado si te meto una bala en los sesos justo ahora.
Alucard rió por lo bajo, lo cuál la irritó más, y él lo sabía.
-Podríamos dejarlo como un pequeño truco para después de la cena, antes del postre. Sería un éxito.
-Estas han sido más vacaciones para ti que para mí, Alucard.
-No lo negaré, lo único que supondría una mejora sería la orden de llevar a cabo una carnicería.
Integral pensó en decirle que deberían buscarle nuevos pasatiempos, pero este perro tenía ya medio milenio encima. Sería difícil.
-Ven. Vamos a mezclarnos y presentarnos ante esta gente. No será peor que las reuniones de la cámara de los lóres.
-Nada puede ser peor que eso, amo.
-Aquí tampoco podrás comerte a nadie.
-¿Ni siquiera si me lo piden?
Integral dejó caer la colilla del cigarro al suelo y la apagó con el pie.
-Eso podemos analizarlo caso por caso.
Aquello pareció contentar a Alucard lo suficiente para tenerlo callado por un rato, al menos mientras se hacían las presentaciones.
Justo como antes, fueron recibidos muy cordialmente, aun dentro de tanta excentricidad. Integral habría podido llegar a sentirse relajada de no ser porque tenía bien presente la sonrisa de suficiencia del vampiro que le pisaba los talones.
Pues bien, pensó, podría matar dos pájaros de un tiroun tiro literalsi de verdad le metía esa bala en los sesos de Alucard. Ella desquitaría tensión y los demás disfrutarían del espectáculo. Por una vez, todos ganarían si los acontecimientos seguían ese curso.
Las comisuras de los labios de Integral se alzaron. Era bueno tener familia.