alcesverdes: Soapbox (Default)
The Cookie Fairy ([personal profile] alcesverdes) wrote2005-01-01 08:45 pm

Pregunta antes de comer 1

Disclaimer: Los personajes que los lectores reconozcan no son míos
Título: Pregunta antes de comer.
Fandom: Harry Potter.
Autor: Fujur Preux
Summary: Omake de "Memorias...". Pelusa obtiene un nuevo talento, pero viene con un precio muy alto para todos. Parte 1/2
Rating: PG-13
Notas: El Omake sucede en Grimmauld Place, Harry tiene quince años, y se supone que es de terror. Sí, cómo no o.ou



Era luna nueva y Pelusa acababa de regresar de patrullar el patio de Grimmauld Place. Patrullaba, por supuesto, sólo para ver si encontraba algo interesante, no porque en realidad le interesara mantener a salvo la propiedad. La kneazel entró a la habitación que se les había asignado a ella y a su humano sólo para descubrir, irritándola en extremo, que éste último ya estaba dormido.

¿Cómo era posible que se le ocurriera fugarse al mundo de los sueños sin esperarla para darle de cenar?

Oh, un momento. Había algo en la mesita; un plato hondo cubierto con una tela.

Y huele rico, descubrió Pelusa cuando se acercó a investigar.

Así, pues, la kneazel negra destapó el plato y tomó de su contenido hasta que se hartó.





Curiosa, Ethlinn Arach recorría uno de los patios de la otra mansión de Black, esperando a Harry quien había ido a no recordaba qué en alguna parte de la casa. De pronto, la serpiente vio no demasiado lejos al animal peludo con el que había compartido Padfoot's Corner desde antes de Navidad.

—¡Hola, Pelus!

—¿Cómo te atreves a llamarme Pelus, cosa verde?

—Es que así te llamas, ¿no? Pelusa, Pelus...

—Si vas a llamarme de alguna forma, dime Pelusa, completo.

—Pero Pelus se oye más bonito.

—Eres una irreverente, cosa verde.

—No me llamo cosa verde; me llamo Ethlinn Arach. Pero puedes decirme Eth.


Pelusa miró a Ethlinn a todo su largo. Dos veces.

—¿Y por qué querría decirte de alguna forma?

—Porque estamos hablando y es lo que se usa.

—Eres una tonta.


Eth se limitó a mirar a la kneazel con la expresión en blanco.

—Ay, ya, deja—suspiró Pelusa—. ¿Dónde está tu humano?

—¿Caramelito? No me acuerdo, pero ya no debe tardar en venir. Lo estoy esperando.

—Bueno, en ese caso, no quiero interrumpir, con permiso...


Mas, cuando Pelusa se dio la media vuelta con la acostumbrada elegancia felina, se encontró con que la quijada Harry Potter caía casi hasta el suelo.

—¿Quép?—preguntó con cuasi indiferencia, porque la verdad era que el chico no le molestaba. Tanto como otros humanos, es decir.

—Es-estás hablando...

Pelusa se le quedó viendo unos momentos.

¿Me puedes entender?

Harry asintió lentamente.

Pelusa volteó hacia Ethlinn.

Parlanchín tu humano. Cuando era pequeño hablaba más.

—Sí, pero igual es lindo.

—¿Ustedes dos están charlando?

—Sí, Capitán Obvio.


—Increíble—dijo una voz detrás de Harry. El chico se dio la media vuelta rápidamente y se encontró con su profesor de Pociones.

—Así que fue la kneazel quien se tomó mi poción—continuó Snape en voz baja—. Por un momento pensé que se había evaporado, pero...

—¿Profesor?

Severus levantó a Pelusa en andas y le ordenó a Potter que lo siguiera a su habitación. Al no tener más remedio, el chico obedeció tras esperar a que Ethlinn subiera a a enredarse en su cuello.

Una vez en el improvisado laboratorio, gata y serpiente fueron colocadas sobre una mesa y al chico se le ordenó que no las dejara irse (en especial a la gata) mientras Snape iba por pergamino, pluma y tinta.


¿Qué pasa, Caramelito?

—No tengo idea...

—¿Caramelito?
—repitió Pelusa pues por fin había puesto atención al apodo, y comenzó a reírse como sólo un gato puede hacerlo.

¡Oye!—reclamó Harry mientras le lanzaba una furiosa mirada de reojo a Ethlinn. Tomó a la kneazel por el torso, la levantó en el aire y la vio directo a los ojos. Pelusa contraatacó ronroneando y dándole un lametón en la nariz con su áspera y húmeda lengua.

Por fortuna, Snape regresó antes que sucediera alguna desgracia. La gata negra fue colocada de nuevo sobre la mesa, desde donde fingió demencia ante las veladas amenazas oculares y gestuales del joven humano.

Se me había olvidado decirte que no le gusta que le digan así—dijo Ethlinn, sibilando por lo bajo.

Me di cuenta.—respondió Pelusa riendo por lo bajo.

—Potter, pregúntale a la kneazel desde cuándo puede hablar con las serpientes.

A pesar del tono y del rostro tan serio de Snape, Harry logró armarse de valor para, antes de obedecer, preguntarle a Snape por qué la gata se transformó en un parselmouth de la noche a la mañana. Con el fin de obtener cooperación, Snape confesó que pasó buena parte de la última semana trabajando en una poción que le permitiera al que la tome convertirse en parselmouth de forma temporal. La última versión de su experimento la dejó reposando la noche anterior sobre la mesa, cubierta con una tela, de donde seguramente la tomó Pelusa.

—¿Y para qué quiere una poción de parselmouth?—insistió el joven mago, sabiendo que quizás extralimitaba su suerte.

A esto, la única respuesta que dio Severus fue una ceja alzada que decía muy claramente: “si tengo que responder a eso, eres mucho más estúpido de lo que había pensado.”

Resignado, Harry suspiró internamente y se dirigió a la gata:

Snape pregunta desde cuándo...

—...desde cuándo puedo hablar con las cosas verdes estas
—completó Pelusa, señalando a Ethlinn con una garra.

¡Me llamo Eth!

—¿Entiendes el idioma humano?

—Por desgracia. Y ahora también a las cosas verdes.

—¡Caram... Harry, dile que me llamo Eth!

—Entonces responde, desde hace cuánto comenzó a hacer efecto la poción.

—Escuché hablar con la cosss... con Eth
—se dignó a decir Pelusa con un dejo de irritación para callar a la serpiente—hace muy poco; cuando nos encontraste apenas comenzábamos a charlar.

—Esto es muy interesante—dijo Snape, tomando notas de lo que Harry tradujo—. ¿Desde cuándo entiende el idioma humano?

—Desde que era pequeña.

—Um...

Snape se inclinó sobre Pelusa y comenzó a manosearla.

¡Oye! ¡Deja ahí!

—Profesor, creo que haría bien en...

Mas la sugerencia llegó un milisegundo tarde, justo cuando la gata clavó sus garras en la mano de Snape, quien por acto reflejo la arrojó hacia un lado. Es decir, sobre Harry. Y como el chico estaba mal parado, recibir un kneazel en pleno pecho lo hizo tambalearse hacia atrás hasta chocar contra una repisa. Harry terminó cayendo al suelo, arrastrando tras de sí más de la mitad de los fracos que estaban sobre dicha repisa.

Aplicando un hechizo sencillo para curar su herida, Snape contó mentalmente los segundos que les tomó a Lupin y a Black hacer acto de presencia.

Fueron tres.





Tras ordenarle a Harry que dejara la habitación mientras Remus trataba de evitar que Sirius matara a Snape por haber “agredido a su ahijado con premeditación, alevosía y ventaja”, el joven, molesto, la serpiente, inocente, y la gata, simplemente siendo gata, fueron a la sala de estar. Una vez allá, e ignorando la diatriba de Harry, quien mascullaba entre dientes que siempre lo trataban como si fuera un bebé, Pelusa sugirió que encendieran la cosa cuadrada que tenía humanos dentro. Finalmente, tras recurrir a la "técnica extrema de llamamiento de atención", logró que Harry trajera el control remoto y le diera un curso intensivo sobre cómo usarlo.

Pelusa se entretuvo un rato presionando los botones con las patas, sin poner atención a Ethlinn cuando la serpiente decía que quería ver alguna canal en particular. De pronto, algo captó la atención de la kneazel: una película que recién comenzaba. Dejó de presionar los botones y, al poco tiempo, incluso Harry y Ethlinn estaba metidos en la trama, aunque la serpiente pasó la mayor parte de la película escondida dentro de la camisa de su amo y metía y sacaba la cabeza de forma intermitente.

Tan entusiasmados estaban los tres que no pudieron evitar un brinco colectivo cuando escucharon la voz del dueño de la casa preguntándoles con voz muy seria sobre lo que hacían.

—Estamos viendo una película.

—¿Cómo se llama?

—El silencio de los corderos... ¿Dónde están Remus y Snape?

—En el otro cuarto, hablando sobre lo que hizo Snape. ¿Cómo consiguió sangre tuya?

—¿Eh?

—Usó sangre tuya para su pocion. ¿Cómo la consiguió?

—No lo sé...—balbuceó Harry, adoptando una tonalidad verdosa.

—Remus está aclarando eso con Snape.

¿Quieren hacer el favor de guardar silencio?—bufó Pelusa—Estoy tratando de ver una película.

—Qué genio tienes, Pelus.

—Es interesante. Pero claro, ¿tú qué sabes? Te la pasas escondida en las mejores partes.

—Da miedo—replicó la serpiente, encogiéndose de nuevo dentro de la camisa de Harry.

—¿Seguro que Snape no te lastimó—continuó el animago.

—No... que yo recuerde...

—Mejor que no haya hecho nada...

Gruñendo, Sirius se sentó al lado de Harry para ver la película con el grupo que se había apoderado del sillón. Cinco minutos después:

—¿Estás seguro que esa película es apropiado para tu edad? Harry, no me mires así. Soy tu padrino y... ¡¿Qué demonios le está haciendo a ese tipo?!

Con velocidad inusitada Sirius extendió la mano por encima del regazo de Harry para tomar el control remoto y cambiar el canal o apagar el aparto, pero Pelusa no estaba dispuesta a perderse el final de la película y arañó su mano poco antes que llegara.

—¡Maldito animal!

El control es mío—susurró Pelusa, el pelo erizado. Tan pronto como la kneazel vio que Black no repetía el intento, se lamió las uñas para limpiarlas de los residuos de su presa. Claro, sin despegar los ojos de la pantalla.

—Um... ¿Te ha arañado alguna vez ese animal?—preguntó Sirius, pues comenzaba a desarrollar una teoría de dónde había venido la sangre.

—Ya está todo arreglado—se escuchó la voz de Remus desde la entrada de la habitación—. Por el momento, Snape va a seguir observando a Pelusa. Se la llevaré y...

—Remus, tendrás que esperar a que termine la película. No creo que Pelusa mueva antes. ¿Y quién le puso ese nombre, por cierto?

—Tú.





—¿Se escapó?—exclamó Sirius sorprendido cuando los créditos comenzaban a pasar.

—A los muggles americanos les gusta hacer secuelas de sus películas—respondió Harry.

Wow—dijo Pelusa, sus ojos casi formando un corazón. Casi no se dio cuenta cuando Lupin la levantó en andas con la intención de llevarla a la habitación de Snape. Sin embargo, justo en ese momento el profesor de pociones llegaba a la sala de estar, un poco molesto por la tardanza de Remus.

—Estábamos viendo una película—se excusó el hombre lobo, pero sólo ganó una ceja alzada como respuesta.

Remus dejó a Pelusa sobre un sofá, donde la gata procedió a seguir traumándose con recuerdos de lo que había visto, archivando su recién nacida admiración por el doctor Lecter mientras daba vueltas a todo lo largo de la parte superior del respaldo.

—¿Qué es lo que va a observar en Pelusa?—preguntó Harry, acercándose.

—Quiero saber si hay algún efecto secundario en la poción.

—¿Cómo qué?—intervino Sirius.

Justo en ese momento, Pelusa cayó al suelo como muñeco de trapo.





—No hay nada que se pueda hacer—declaró Remus, meneando su cabeza.

Pelusaaaaaaaaaa—gritó Ethlinn, abrazándose a sí misma con sus anillos. Harry le acarició la cabeza, para consolarla.

—Ninguno de los ingredientes que utilicé era tóxico—masculló Snape, mirando con atención el cuerpo inerte de la kneazel—. La combinación fue lo que lo causó... ¿pero la de todo o sólo de algunos...?

—¿Qué hacemos con Pelusa, Severus?—preguntó Remus al dueño de la fallecida criatura.

—Tírenla a la basura—respondió el profesor, moviendo la mano como si espantara una mosca, mientras se daba la media vuelta para abandonar la habitación.

¿A la basura?—gimoteó Ethlinn—¡Qué malo!

—¿Podría enterrarla?—intervino Harry, tratando infructuosamente de ocultar la pena en su voz.

—Haz lo que quieras, Potter—gruñó Snape justo cuando cruzaba la puerta, sin dignarse a voltear.

—No le prestes atención, Harry—dijo Sirius, colocando una mano en el hombro de su ahijado—. Puedes enterrarla en uno de los jardines. Yo enterraba en ellos todas mis mascotas.

—¿Todas?—preguntaron al mismo tiempo Remus, Harry y Ethlinn. Y, aunque esta última era la única que Sirius legítimamente no había escuchado, el animago prefirió ignorar también a los otros dos.

Poco después, Harry, Remus y Sirius cavaron una pequeña fosa donde metieron el cuerpo de Pelusa, el cual habían envuelto previamente en un trozo de lino. La cubrieron con la tierra y Ethlinn le puso una flor encima.

Cuando regresaron a la casa, Dobby les sirvió café con galletas y ofreció sus más sinceras condolencias al señor Harry Potter y a la señorita Ethlinn Arach.

¡Que le pongan más azúcar! ¡Esto está amargo!

—Así es el café, Eth. Pensé que ya lo habrías probado antes.

—Bueno, Hermione me dio una vez, dijo que era café ca.. capu... capustrino.

—Capuccino.

—¡Eso!


—¿Te sientes mejor, Harry?—preguntó Sirius, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de su ahijado.

—Sí, Sirius, gracias.

—Si quieres otro kneazel, podemos ir a comprar uno que sea más tranquilo y menos traidor...

—Sirius—intervino Remus en ese tono que siempre hacía que los cabellos de la nuca de Black se erizaran, y no de una forma agradable—, vamos a la otra habitación.

Los dos magos salieron de la habitación, dejando al parselmouth y a la serpiente solos.

Caramelito, ¿crees que el profe de cocina se sienta mal por lo que le pasó a Pelusa?

—No, no creo que le haya importado.

—Yo pensé que quería a Pelusa.

—Ese no quiere a nadie.


Ethlinn giró la cabeza hacia la derecha y miró a su amo a los ojos.

No sé—dijo—. ¿No te acuerdas cuando eras chiquito y te cuidó?


Dejemos a Ethlinn esforzándose por llenar las lagunas mentales de Harry y transportémonos a la habitación del profesor Severus Snape, en el momento del amanecer del día siguiente.

Severus despertó sintiendo sobre su pecho una presión familiar. Pasó aproximadamente diez segundos dando los manotazos de costumbre cuando en su cerebro se llevó a cabo la conexión correcta de neuronas que le hizo recordar los eventos del día anterior.

Se incorporó de golpe, con lo que el cuerpo que sentía sobre de sí se movió con rapidez hacia su regazo. Y fue ahí donde Snape vio a Pelusa, cubierta de lodo desde las orejas hasta la punta del rabo.

Esta situación tuvo un impacto muy interesante en el comedor, donde el resto de los ocupantes de Grimmauld Place comenzaban a desayunar.

Tras convencer a Ethlinn que tuviera un poco de cuidado y no se lanzara a abrazar a la kneazel de buenas a primeras, Sirius, Remus, Severus, Harry y la constrictora se dedicaron a analizar a la resucitada Pelusa. La kneazel se encontraba sentada sobre la mesa de trabajo de Snape, mirando con turbios ojos azules y esa indiferencia tan característica suya a los que estaban frente ella.

—¿Estás seguro que estaba muerta cuando la enterramos?

—Completamente. No tenía signos vitales.

—¿No habrá tomado Draught of the Living Dead?—preguntó Sirius, mirando de reojo a Snape.

—Claro que no, Black—respondió este, ofendido—. Conozco perfectamente cómo se prepara esa poción.

—Tal vez encontraste una receta alterna.

—Por cierto, ¿aún habla parseltongue?

—Pregúntale algo, Harry.

El chico asintió y se asomó frente a la jaula, pero Ethlinn fue quien habló primero:

¿Pelus? ¿Eres tú?

—No, soy un espíritu maligno que tomó posesión de este cuerpo para matarlos a todos. ¡Claro que soy yo, cosa verde y tonta!

—¡Me llamo Eth!


—Sí, aún habla parseltongue—suspiró Harry.

Se llegó al concenso que Pelusa permanecería en observación continua por al menos cuarenta y ocho horas. Mas, cuando Snape intentó meterla en una jaula, la kneazel se debatió como si se tratara de un colacuerno húngaro en miniatura. Finalmente, y aún en la vena violenta, Pelusa dio un zarpazo a la mano del profesor de pociones, quien de inmediato la soltó a ella junto con una retahíla de imprecaciones.

Pelusa brincó encima de la jaula y comenzó a lamerse las garras.

Esta sangre—dijo Pelusa, sin dejar su aseo, con voz tan suave como la seda—Tiene un olor y un sabor muy peculiar, ¿saben?

—¿Pelusa?

—Podría hablar horas al respecto. Me está diciendo justo ahora qué ha hecho Severus, dónde ha estado y con cuales de sus frascos ha estado jugando durante la semana.

—¿Pelus?

—¿Qué sucede, pequeña Eth?
—Pelusa bajó su garra y dedicó su atención a la serpiente, pero había algo raro en sus ojos; su mirada era más penetrante que antes y reflejaban la luz de tal forma que se apreciaban muy claramente chispas rojas atraidas hacia el iris negro.

Pelusa, si no quieres entrar a la jaula, promete quedarte donde Snape pueda verte—intervino Harry, instruído previamente en el discurso.

La gata negra se acurrucó donde estaba; su cola quedó justo frente a su nariz. Clavó sus ojos azules en los verdes del chico y dijo:

Sólo porque eres tú... Caramelito.

Harry volteó hacia Ethlinn, quien escondió la cabeza dentro de la camisa de su amo.

—Ahora que recuerdo...—murmuró Sirius, y con estas tres palabras logró erizar los cabellos de la nuca de Remus como siempre que las mencionaba.

—¿Qué sucede, Sirius?

—Esto me pasó una vez con un puffskein que tuve a los ocho años...

—¿A qué te refieres con "esto"?

—A que se murió, lo enterré justo en el jardín donde enterramos a Pelusa y al poco tiempo salió de ahí. Cualquiera hubiera dicho que con el dinero que pagamos el veterimago debió ser confiable...

—No me gusta. Iré a hacer una análisis a tu patio.

—La verdad es que suena a algo salido de una película de terror—intervino Harry.

—Espera, Remus. Te ayudaré. Harry espera aquí...—una rápida mirada hacia Severus logró que Sirius cambiara de opinión—. No, no esperes aquí. Mejor ven con nosotros. ¡Y tú deja de poner los ojos en blanco!—exclamó señalando la espala de Remus, quien ya salía por la puerta de la habitación.

De esta forma, Harry y Ethlinn pasaron el resto de la tarde observando a Sirius y a Remus remover la tierra del jardín, hacer mediciones y llegar a la conclusión de que cada terrón estaba impregnado de magia negra. Lo cual, por cierto, no era novedad, ya que toda la casa compartía esa característica.

Sin embargo, un incidente fortuito reveló una particularidad muy... interesante de ese jardín.

Mientras Harry se aburría viendo trabajar a su padrino y al hombre lobo, una cucaracha pasó corriendo al lado de su pie. El insecto no tardó en morir a causa de un acto reflejo del seeker. El deceso dio pie para que Ethlinn Arach armara un drama de proporciones épicas. Al final, su joven amo se dio por vencido; se disculpó por el asesinato que había cometido y se ofreció a darle sepultura a su víctima inocente.

Es increible lo que me haces hacer—gruñó Harry mientras empujaba el cuerpo hacia la tierra y la cubría con tierra.

Voy por una florecita, no tardo.

—¿Qué haces, Harry?

—Sepultando una cucaracha que aplasté.

—Ah.

Cuando Ethlinn regresó con su flor, Sirius y Remus se habían sumado al servicio y el primero ofrecía muy seriamente en son de broma hacer una lápida con los datos de la fallecida. Mas, antes que Harry encontrara una respuesta apropiada, el montículo de tierra comenzó a temblar. Pocos segundos después, ante la mirada atónita de tres magos y una serpiente, la cucaracha salió corriendo rumbo a un agujero en la pared.

—¿Qué... pasó...?

—¿La cucaracha no estaba muerta?

Pero si Caramelito la destripó todita...

Inesperadamente, Remus utilizó un Accio para atraer un cuervo de un árbol cercano. Acto seguido, con la mano derecha dio un brusco giro a la cabeza del ave, fracturándole el cuello.

—¿Qué...?

—¿...Remus?

¡El tío Remus mató un pajarito! ¡AAAAAHHHHHHH!

Sin mirar a Sirius ni a Harry (ni a Ethlinn), quienes se habían quedado helados, Remus procedió a cubrir al pájaro muerto con la tierra del patio. Ni una sola palabra medió, ningún movimiento se hizo mientras el grupo observaba el nuevo montículo. Menos de diez minutos después, comenzó a temblar por cuenta propia y, pronto, el cuervo estaba de pie de nuevo. Se sacudió la tierra que lo cubría y voló hacia el norte, abandonando la propiedad.





—¿Ese jardín tiene la facultad de revivir a los muertos?—preguntó la cabeza de Albus Dumbledore desde el fuego de la chimenea.

—Así parece.

—La vida y la muerte no son cosas que se deban tratar a la ligera. ¿Dónde están Sirius, Severus y Harry?

—Sirius y Harry están en la cocina, tomando un remedio de Dobby para el susto. Severus vigila a la kneazel que revivió primero.

—Tengan mucho cuidado. Si sucede cualquier cosa, llámenme de inmediato.

—Sí, señor.






Severus repasaba sus notas sobre la poción de parselmouth. Evidentemente habían funcionado, pero nadie garantizaba que resultaran con un humano y que no le ocasionaran la muerte después. Era bueno tener un kneazel de indias y ese jardín resultaba de lo más conveniente para reciclarlo.

Severus hizo unas anotaciones, realizó unos cálculos, mordisqueó la punta de su pluma. Más cálculos, más anotaciones y un rápido vistazo a la gata negra después, se levantó para organizar los ingredientes que necesitaría para su nuevo intento.





Mientras tanto, en la cocina se vivía un drama muy diferente.

—Remus me asusta.

—A veces su sangre fría es...—Sirius se estremeció y dio un sorbo a la taza que sostenía en la mano.

—No quisiera verlo enojado de verdad.

—No, definitivamente no quieres.

No puedo creer que el tío Remus matara un pajarito—comentó Ethlinn, melancólica, a la vez que daba lengüetadas al plato que Dobby le había servido.

—Mi familia es... era de magos tenebrosos, pero nunca me imaginé, nunca supe sobre ese jardín.Tal vez requería algún ritual secreto en el que no participé por ser Gryffindor.

Harry se quedó en silencio, pues no sabía qué decir. Tan sólo puso su mano sobre el antebrazo de su padrino.

El incómodo silencio duró poco gracias a la oportuna llegada de Dobby, quien apareciócon una bandeja de galletas flotando detrás de él.

—¿Los señores Harry Potter y Sirius Black necesitan alguna otra cosa?—preguntó, haciendo aletear sus serviciales pestañas.

—No, por ahora no, Dobby. Gracias.

El elfo desapareció en medio de su familiar puff, como era costumbre, pero permaneció alerta para reaparecer en el milisegundo que alguien lo necesitara.

—¿Qué pasó con tu puffskein?—preguntó Harry tres galletas después.

—No lo sé. Creo que jugué con él después que regresó, pero no tengo memorias precisas. Ni siquiera recuerdo si murió otra vez. Pero hay alguien que posiblemente lo sepa—añadió Sirius tras unos momentos de consideración, a la vez que dirigía su mirada hacia un baúl cercano. Dicho baúl había permanecido cerrado mágicamente desde aproximadamente hora y media después de la llegada a Grimmauld Place del dueño de la casa y familia (que fue el tiempo que les tomó atrapar a Kreacher).

—¿Vas a dejarlo salir?

—Sólo para preguntarle sobre el puffskein.

—¿Crees que nos responda con la verdad?

—Tiene que hacerlo.

—¿Quieres que vaya por Remus?

—No es necesario—respondió Sirius. Su mirada era una mezcla de indignación, incomodidad y sufrimiento por carecer de la confianza de su ahijado, con lo que este ahijado se mordió el labio inferior, señal que Dobby interpretó como que tenía que ir a buscar al señor Remus Lupin sin tardanza.

Remus llegó justo en el momento en que Sirius abría el último candado del baúl. Entre los dos lograron que el elfo doméstico les contara la verdad sobre el puffskein de Sirius, y esa verdad era tan aterradora que hizo que a todos se les erizaran los cabellos de la nuca. Excepto a Ethlinn, porque ella tenía escamas en la nuca y no cabellos. Aunque, aún así, la serpiente también se asustó mucho.

~ Continuará

[identity profile] faldrengirl.livejournal.com 2005-01-01 06:51 pm (UTC)(link)
pos pudiste averme avisado hace años para enterrar a mi pollito allí o.ó

^^'
Me encanto :3
La próxima parte para el 2006?
XP

[identity profile] fujurpreuxfics.livejournal.com 2005-01-01 06:59 pm (UTC)(link)
Quizás

xPPPPPP

[identity profile] yaired.livejournal.com 2005-01-01 07:24 pm (UTC)(link)
¡Genial! XD

T__T ¿hasta el 2006?

[identity profile] amyetchard.livejournal.com 2005-01-01 07:39 pm (UTC)(link)
No se si lo hiciste a proposito o no. Pero nos diste un Spoiler de "Memorias" ^^. Harry no se quedará pequeño (tenía la esperanza...).

Creo que esto podía ser algo como "Cementerio Maldito" verdad? XD. Ese libro me dejo con insomio y estuve a punto de lanzar a todos los animales que tengo a la calle.

Pero por las "chispas rojas" me dio la impresión de que Voldemort lo pordía haber poseido. Aunque tengo mis dudas sobre esta teoría. Voldemort hubiera poseido a Eth, al menos es una serpiente. Por cierto tampoco se me fue otro detallito ¿Y Riordan? ¿Y el conejo? (supongo que Harry de grande lo habrá regalado...).

Por lo demás, estuvo muy divertido XD. Nada mejor que leer esta clase de historias a las 1:38 a.m con la luz apagada y animales en la casa ^^

[identity profile] tocada.livejournal.com 2005-01-01 08:41 pm (UTC)(link)
Continuara...?

[identity profile] fujurpreux.livejournal.com 2005-01-01 09:01 pm (UTC)(link)
Si quieres le pongo FIN ahí o.o

[identity profile] tocada.livejournal.com 2005-01-02 12:40 am (UTC)(link)
Y hasta ese extremo llevarias tu flojera, lo se.
*glares reproachfully*

[identity profile] arwen-black.livejournal.com 2005-01-02 04:51 pm (UTC)(link)
no sabia que tenias este journal!, voy a agregarlo y a leerte!

[identity profile] telrunya.livejournal.com 2005-01-02 06:44 pm (UTC)(link)
¿Y cuánto piensas esperar para continuarlo? o.ó

Me encantó xDDDD.

:**

¡¡¡malvada!!!

[identity profile] quetzalli.livejournal.com 2005-01-04 10:06 pm (UTC)(link)
Me dejaste con la duda.

Además de que hiciste una locura que no tengo idea de como va a terminar porque va a continuar ¿verdad?

Ya en serio, está excelente este Omake, muy divertido y bastante inesperado.

*Yo también debí saber de ese patio antes, mi gato estaría ahora conmigo*

*Y Remus si dio miedo*

¡Continua!

(Anonymous) 2005-01-15 08:07 pm (UTC)(link)
Continua pronto por fa! ah y ojala que sigas pronto tambien con memorias ^^ quiero saber que pasa con harry y si por que no recordara nada cuando grande o si lo hara? como se continua con los dos! XD

Solo una cosa

(Anonymous) 2006-11-06 01:59 am (UTC)(link)
I love Hannibal Lecter *¬*

amaltea-olenska