The Cookie Fairy (
alcesverdes) wrote2006-06-30 12:54 am
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Drabbles 5
Comencé a ver Ouran HS YaoiHost Club. Voy en el capítulo cinco, y, en pocas palabras, es crack del que me gusta ::nods::
Para el que no conozca la serie (aunque a estas alturas, dudo que alguien entre en esa categoría), se trata de un grupo de bishonens que cumplen los sueños húmedos de la fangirl promedio. Incluso les aparece la Encarnación de la N00b Suethor Badficcer XD Esta chica es adorkable, por robarle el término a Nina. Y ya me dijeron que sigue saliendo, así que soy feliz.
De una manera u otra, me encantan todos los personajes, desde el Príncipe Dramaqueen hasta el pequeño Conejito. Adoro a Haruhi y, aunque me da un poco de pena cómo su lógica terrestre choca contra las nubes de los otros, considero que es una de las fuentes principales del humor de la serie. Junto con los letreritos. Los letreritos rulean *____*
Drabbles (última oportunidad para pedir el suyo):
Para:
La Jukucha - Harry Poter - Dobby pidiendole un beso a Snape el cual le es concedido [sic]
Palabras: 137
Snape entró a su habitación dispuesto a tomar un baño caliente y olvidarse del mundo por unos momentos, pero la intención se perdió cuando vio a un elfo doméstico de pie frente a su chimenea. Dicho elfo tenía en una mano un botón de rosa roja y en la otra una caja.
–¿Qué quieres?–preguntó el profesor de pociones arqueando una ceja.
–Dobby ha venido a traerle su pedido, profesor Snape–dijo el elfo–. Acaba de llegar de Moscú.
Snape curvó las comisuras de los labios hacia arriba. Alargó la mano para tomar la caja, pero el elfo doméstico alargó el botón de rosa.
–Dobby tiene órdenes de no entregarle la caja si no besa la flor, profesor Snape.
Snape gruñó. ¿Por qué demonios su distruibuidor ruso tenía que comportarse como un puberto estúpido?
Para:
La Jukucha - FMA - Leche y gatitos
Palabras: 113
Trisha cerró los ojos y contó hasta diez. Después buscó una caja dónde meter el gatito que sus hijos metieron la noche anterior a la casa; se encargaría de encontrarle un buen hogar, donde lo cuidaran bien y lo quisieran. Y después hablaría con los niños de nuevo, en especial con Edward.
No era que a Trisha le desagradaran los gatos, al contrario. El gato era su animal favorito, pues además de hermoso, era útil: mantenía alejadas las pequeñas plagas que se metían a la despensa. Pero no podía darse el lujo de tener uno mientras Ed insistiera en darles toda su leche al momento en que ella le daba la espalda.
Para:
La Jukucha - Shrek - Las maravillas de ser Burro
Palabras: 144
Un cierto día, Burro (ad)miraba su reflejo en un estanque. Estaba maravillado con lo que veía: mandíbula cuadrada, patas delgadas y finas, cuerpo fornido, la curva de su lomo perfecta, crines como de seda, ojos negros, profundos y brillantes... ¿Qué más podía pedir alguien? Dio un pequeño brinco y trotó en su lugar, sin despegar los ojos de sus audaces líneas, dándose cuenta por primera vez de lo aerodinámico que era.
Ahora entendía el rechazo de las burritas del establo: no estaban preparadas para él. Tomó la decisión de mostrarse humilde, amable y simpático para hacerles entender que él no estaba fuera de su alcance... o que se dejaría alcanzar después de una carrera. Suspiró, se dio la vuelta y se fue.
En ese momento llegó un hombre de la Comisión de Parques y Jardines y clavó un letrero que decía "Estanque encantado Narciso".
Para:
La Jukucha - Fairly Odd Parents - La estrella de la varita
Palabras: 197
Una de las primeras cosas que todos sus ahijados les preguntaban era por qué su varita tenía una estrella, pero había pasado ya un mes desde que Cosmo y Wanda estaban con Timmy Turner, y él no había dicho palabra. Cosmo estaba preocupado porque quizá la "inherente curiosidad infantil" estaba atrofiada en Timmy. Wanda le decía que se calmara (literamente, que se callara) pues Timmy quizás estaba interesado en otras cosas, pero en el fondo también se sentía intranquila, como siempre que las situaciones no se adaptaban a su esquema.
Un día, Timmy recibió la vista de Jörgen Von Strangulo —la primera de muchas— quien lo llevó aparte y le pidió (a su manera) disculpas por no haber ido antes, pero había estado ocupado poniendo en forma "una increíble multitud" de hadas torpes y debiluchas. Sin poner atención al rostro interrogante del niño, le dijo que debía honrar la tradición y preguntarles a sus padrinos mágicos por qué su varita tenía una estrella, sin revelarles nunca que él se lo había dicho (lo cual sonó lo suficiente como una amenaza como para que Timmy lo tomara en cuenta).
Así, esa noche hubo mucho regocijo en la pecera.
Para:
malinbe - Harry Potter - Harry/Draco - en un armario
Palabras: 200
Las primera lección aprendida en Hogwarts era que Filch debía verte lo menos posible: el conserje de la escuela buscaba cualquier excusa para castigar y se convertía en juez, jurado y verdugo, y un mal clima lo ponía de peor humor. Por eso, Harry, a quien se le había hecho tarde en la biblioteca, se metió en la primera puerta a su derecha tan pronto vio los bigotes de Mrs. Norris asomarse por la esquina del corredor. Era un armario, oscuro, húmedo, pero no tendría que estar ahí mucho tiempo, o eso esperaba.
Menos de quince segundos después, entró alguien más.
–¡Demonios!–gruñó en voz baja. Parecía querer salir, pero Harry lo retuvo.
–¡Sólo cierra la puerta!–dijo.
–Mrs. Norris está en el corredor–susurró el otro tras obedecer.
–Lo sé–murmuró Harry.
A partir de ese momento, ambos se quedaron muy quietos, apretujados en el pequeño espacio. Escucharon pasar de largo a Filch, le dieron un par de minutos de ventaja antes de salir. Lo cual les valió una fuerte conmoción, pues además de verse los rostros, tuvieron un testigo.
Peeves se divirtió todo un mes contando cómo Harry Potter y Draco Malfoy habían salido del armario al mismo tiempo.
Para:
malinbe - Harry Potter - Sirius/Remus - problemas de alcoba
Palabras: 199
Esperando a que Sirius terminara de tomar una ducha, (habían quedado para salir a cenar), Remus hacía una visita autoguiada por el nuevo apartamento del animago. No estaba mal, pero le hacía falta que alguien se preocupara por limpiarlo a fondo. A Remus no terminaba de caberle en la cabeza que un ser humano pudiera vivir en ese chiquero, así que llegó a la sarcástica conclusión de que Sirius pasaba la mayor parte del tiempo como perro.
De pronto, escuchó un estruendo proveniente de la habitación de Sirius. Remus dejó la taza que estaba examinando y corrió hacia allá, a la vez que sacaba su varita y hacía un rápido repaso mental de los hechizos curativos que conocía. Encontró al animago junto a una cama volteada, mojado, en toda su gloria (la toalla en el suelo cual casualidad de guerra).
–¡Qué pasó!
–¡Espera un momento, Remus, no te muevas!
Remus vio que Sirius hizo un movimiento repentino. Hubo un golpe y el animago se puso de pie. Tenía un zapato en la mano y nada más.
–¡La maté!–dijo sonriendo.
–¿A quién?
–A la maldita cucaracha que me había evadido por días.
Remus se golpeó la frente con la mano.
Para el que no conozca la serie (aunque a estas alturas, dudo que alguien entre en esa categoría), se trata de un grupo de bishonens que cumplen los sueños húmedos de la fangirl promedio. Incluso les aparece la Encarnación de la N00b Suethor Badficcer XD Esta chica es adorkable, por robarle el término a Nina. Y ya me dijeron que sigue saliendo, así que soy feliz.
De una manera u otra, me encantan todos los personajes, desde el Príncipe Dramaqueen hasta el pequeño Conejito. Adoro a Haruhi y, aunque me da un poco de pena cómo su lógica terrestre choca contra las nubes de los otros, considero que es una de las fuentes principales del humor de la serie. Junto con los letreritos. Los letreritos rulean *____*
Drabbles (última oportunidad para pedir el suyo):
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Palabras: 137
Snape entró a su habitación dispuesto a tomar un baño caliente y olvidarse del mundo por unos momentos, pero la intención se perdió cuando vio a un elfo doméstico de pie frente a su chimenea. Dicho elfo tenía en una mano un botón de rosa roja y en la otra una caja.
–¿Qué quieres?–preguntó el profesor de pociones arqueando una ceja.
–Dobby ha venido a traerle su pedido, profesor Snape–dijo el elfo–. Acaba de llegar de Moscú.
Snape curvó las comisuras de los labios hacia arriba. Alargó la mano para tomar la caja, pero el elfo doméstico alargó el botón de rosa.
–Dobby tiene órdenes de no entregarle la caja si no besa la flor, profesor Snape.
Snape gruñó. ¿Por qué demonios su distruibuidor ruso tenía que comportarse como un puberto estúpido?
Para:
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Palabras: 113
Trisha cerró los ojos y contó hasta diez. Después buscó una caja dónde meter el gatito que sus hijos metieron la noche anterior a la casa; se encargaría de encontrarle un buen hogar, donde lo cuidaran bien y lo quisieran. Y después hablaría con los niños de nuevo, en especial con Edward.
No era que a Trisha le desagradaran los gatos, al contrario. El gato era su animal favorito, pues además de hermoso, era útil: mantenía alejadas las pequeñas plagas que se metían a la despensa. Pero no podía darse el lujo de tener uno mientras Ed insistiera en darles toda su leche al momento en que ella le daba la espalda.
Para:
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Palabras: 144
Un cierto día, Burro (ad)miraba su reflejo en un estanque. Estaba maravillado con lo que veía: mandíbula cuadrada, patas delgadas y finas, cuerpo fornido, la curva de su lomo perfecta, crines como de seda, ojos negros, profundos y brillantes... ¿Qué más podía pedir alguien? Dio un pequeño brinco y trotó en su lugar, sin despegar los ojos de sus audaces líneas, dándose cuenta por primera vez de lo aerodinámico que era.
Ahora entendía el rechazo de las burritas del establo: no estaban preparadas para él. Tomó la decisión de mostrarse humilde, amable y simpático para hacerles entender que él no estaba fuera de su alcance... o que se dejaría alcanzar después de una carrera. Suspiró, se dio la vuelta y se fue.
En ese momento llegó un hombre de la Comisión de Parques y Jardines y clavó un letrero que decía "Estanque encantado Narciso".
Para:
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Palabras: 197
Una de las primeras cosas que todos sus ahijados les preguntaban era por qué su varita tenía una estrella, pero había pasado ya un mes desde que Cosmo y Wanda estaban con Timmy Turner, y él no había dicho palabra. Cosmo estaba preocupado porque quizá la "inherente curiosidad infantil" estaba atrofiada en Timmy. Wanda le decía que se calmara (literamente, que se callara) pues Timmy quizás estaba interesado en otras cosas, pero en el fondo también se sentía intranquila, como siempre que las situaciones no se adaptaban a su esquema.
Un día, Timmy recibió la vista de Jörgen Von Strangulo —la primera de muchas— quien lo llevó aparte y le pidió (a su manera) disculpas por no haber ido antes, pero había estado ocupado poniendo en forma "una increíble multitud" de hadas torpes y debiluchas. Sin poner atención al rostro interrogante del niño, le dijo que debía honrar la tradición y preguntarles a sus padrinos mágicos por qué su varita tenía una estrella, sin revelarles nunca que él se lo había dicho (lo cual sonó lo suficiente como una amenaza como para que Timmy lo tomara en cuenta).
Así, esa noche hubo mucho regocijo en la pecera.
Para:
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Palabras: 200
Las primera lección aprendida en Hogwarts era que Filch debía verte lo menos posible: el conserje de la escuela buscaba cualquier excusa para castigar y se convertía en juez, jurado y verdugo, y un mal clima lo ponía de peor humor. Por eso, Harry, a quien se le había hecho tarde en la biblioteca, se metió en la primera puerta a su derecha tan pronto vio los bigotes de Mrs. Norris asomarse por la esquina del corredor. Era un armario, oscuro, húmedo, pero no tendría que estar ahí mucho tiempo, o eso esperaba.
Menos de quince segundos después, entró alguien más.
–¡Demonios!–gruñó en voz baja. Parecía querer salir, pero Harry lo retuvo.
–¡Sólo cierra la puerta!–dijo.
–Mrs. Norris está en el corredor–susurró el otro tras obedecer.
–Lo sé–murmuró Harry.
A partir de ese momento, ambos se quedaron muy quietos, apretujados en el pequeño espacio. Escucharon pasar de largo a Filch, le dieron un par de minutos de ventaja antes de salir. Lo cual les valió una fuerte conmoción, pues además de verse los rostros, tuvieron un testigo.
Peeves se divirtió todo un mes contando cómo Harry Potter y Draco Malfoy habían salido del armario al mismo tiempo.
Para:
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Palabras: 199
Esperando a que Sirius terminara de tomar una ducha, (habían quedado para salir a cenar), Remus hacía una visita autoguiada por el nuevo apartamento del animago. No estaba mal, pero le hacía falta que alguien se preocupara por limpiarlo a fondo. A Remus no terminaba de caberle en la cabeza que un ser humano pudiera vivir en ese chiquero, así que llegó a la sarcástica conclusión de que Sirius pasaba la mayor parte del tiempo como perro.
De pronto, escuchó un estruendo proveniente de la habitación de Sirius. Remus dejó la taza que estaba examinando y corrió hacia allá, a la vez que sacaba su varita y hacía un rápido repaso mental de los hechizos curativos que conocía. Encontró al animago junto a una cama volteada, mojado, en toda su gloria (la toalla en el suelo cual casualidad de guerra).
–¡Qué pasó!
–¡Espera un momento, Remus, no te muevas!
Remus vio que Sirius hizo un movimiento repentino. Hubo un golpe y el animago se puso de pie. Tenía un zapato en la mano y nada más.
–¡La maté!–dijo sonriendo.
–¿A quién?
–A la maldita cucaracha que me había evadido por días.
Remus se golpeó la frente con la mano.
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